top of page

"Ni una menos" también en las cárceles

  • Laura Salomé Canteros
  • 31 jul 2017
  • 3 Min. de lectura

Periodista feminista. Editora en www.marcha.org.ar Integrante Red PAR -periodistas de Argentina en red por una comunicación no sexista-

Para las mujeres, lesbianas, travestis y personas trans que se encuentran en una cárcel, las actuales condiciones de detención y encierro consolidan, potencian y contribuyen a perpetuar las desigualdades, base de las violencias y el odio machista en una sociedad. Por eso, comunicar con enfoque de género y disidencias sexuales las problemáticas sociales que involucran a los sistema punitivo y carcelario, nos permite visibilizar vulneraciones de derechos específicas, estrategia para que en cada territorio se genere la sensibilización y responsabilidad necesarias para de forma urgente se adopten los cambios institucionales -de corto, mediano y largo plazo- para que estas historias de cuerpos y subjetividades violentadas, dejen de ser ignoradas ya que constituyen atropellos a los Derechos Humanos de los que los Estados y sus agentes son responsables. Asesinatos o muertes violentas; traslados compulsivos; tortura física y psicológica sistemática con fines de disciplinamiento; violencia sexual "correctiva"; requisas vejatorias a presas y sus familiares; hacinamiento y sobrepoblación; falta de control a directivos de las unidades; ausencia de protección de niños/ as y otras personas vulnerables; negación del derecho a la identidad, la salud o el trabajo; corrupción y falta de trasparencia en gestiones penitenciarias son características que, según organismos regionales de Derechos Humanos, comparten los sistemas carcelarios en América Latina y el Caribe. Por eso, exigir en las coberturas la capacitación e implementación de políticas públicas integrales para la erradicación de la violencia desde las instituciones; la prevención en la “suma de los abusos”, situaciones en la que las mujeres llegan al encierro siendo víctimas de reiteradas formas de violencias, exclusión y pobreza; garantizar los accesos a las más pobres a adecuados patrocinios jurídicos gratuitos y la desmilitarización de los servicios penitenciarios, son aun pendientes. El colapso del sistema penal obliga a los Estados a tomar medidas urgentes para reducir la cantidad de personas detenidas y limitar los períodos prolongados. Por eso, es necesario visibilizar propuestas alternativas al encarcelamiento como forma de condena y disciplinamiento social, un destino posible si se busca democratizar la institución del encierro. Por ejemplo, otorgar sin discriminación las prisiones domiciliarias a las mujeres que son madres de niños/as o a aquellas que padecen alguna complicación en su salud puede ser un pequeño comienzo y algo que debemos exigir se cumpla cada vez que relatamos la historia de una mujer en esta situación. Por otro lado desde la comunicación, a la par de los activismos feministas y de Derechos Humanos, se debe poner en agenda el pedido de familiares de investigación, esclarecimiento y condena de los y las responsables de las muertes de mujeres en las cárceles. Porque terminar con la impunidad de las jerarquías penitenciaria y judicial es clave para erradicar los abusos de poder sobre los cuerpos y las subjetividades femeninas que se suceden "intramuros", problaméticas que deben ser debatidas por toda la sociedad. El cumplimiento de una pena privativa de la libertad no tiene nada que ver con los asesinatos o torturas en el encierro y ese debería ser un posicionamiento posible para una sociedad que quiere vidas libres de violencias machistas. Por eso, cuando muere una mujer en manos de agentes del Estado o por la desatención en su derecho a la salud integral, decimos "no estamos todas" y exigimos: "ni una menos también en las cárceles".

Comentarios


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Síguenos
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square

Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicacion

bottom of page